En ruso, Krasnoï quiere decir "rojo", pero también "bello", "hermoso" (etimológicamente, la plaza Roja es la "plaza hermosa").
Joan Miró decía que "para dar emoción comunicativa a las cosas tenemos que amarlas enormemente, pues seguro que si no, haremos un cuadro sin ningún interés". Carta a Roland Tual, 1922
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