sobre mi obra

Eiffel Cadaqués

Mi madre dice que antes de empezar a hablar ya pintaba las paredes con la escobilla del cuarto de baño. Con 11 ó 12 años empecé a pintar mis primeros lienzos con gouache y óleo.

 

Aprendí de mi padre el uso del poliéster que empleaba como elemento base de construcción en los astilleros en los que trabajó en Badalona y con las que elaboré algunas obras con estos materiales utilizados como soporte y con pigmentos mezclados con pintura al óleo.

Es desde los 22 años cuando emprendo una línea creativa más constante y propia, después de copiar a algunas obras como Dalí o Vicent Van Gogh atraído por el uso del color o ejecutar obras más académicas y realistas.

Me atrae el lenguaje que se crea a partir del empleo de cargas y texturas de múltiples materiales. La forma y la expresión que surge del uso de la materia suman atractivo a mi proceso creativo. Experimento entre el informalismo, el expresionismo y el pop art. El amor por el ritmo y el movimiento donde la obra invite a la interactuación representa en varias de mis obras diferentes la transformación de la luz, su expansión y su energía. La dualidad del blanco y el negro y el estudio del color como elemento lo encuentro muy sugestivo.

Construyo la forma a partir de empastes realizados con la propia pintura o mezclados con talco, arena, resinas y pigmentos. Empleo el trazo gestual con variedad de técnicas: empaste, veladuras, esgrafiados. La textura me permite mayor riqueza en el lenguaje pictórico con el que ampliar los mecanismos de expresividad con el empleo de más técnicas y materiales. Me permite expresarme sin ningún impedimento, con mayor desnudez.

 

La variedad de ejecuciones y técnicas empleadas demuestra el carácter experimental de mi obra.

 

Mi formación en la pintura ha sido autodidacta basada en la experimentación continua atraído por artistas contemporáneos a los que conozco a través de distintos círculos culturales.

 

Recibo influencia de la obra de Miquel Barceló, Antoni Tàpies, Henri Matisse y Picasso y acudo con frecuencia a cursos y museos de arte hasta aborrecerlos.

 

Queda de manifiesto mi interés final en recrear una pintura con volumen, es ahí donde disfruto, la textura, cuando realizo la obra y cuando la termino. Me encanta tocar la obra una vez finalizada.

 

Desde el año 2007 me sumerjo en el arte de la impermanencia japonés, meditación, contemplación y el estudio de artes marciales japonesas.

 

Como de tantos aspectos de la cultura japonesa indago y busco a partir de las cosas simples, mínimas, incluso imperfectas aspirando a la liberación, a la paz y la armonía interior.

 

Pongo en práctica técnicas para el desarrollo de mi propio lenguaje pictórico a partir de la canalización de la verdadera esencia humana. Ahora me sirvo no solo de una paleta formal de color si no de todo tipo de materiales. Utilizo mucho el látex para la mezcla de materiales y pigmentos e incluso solidifico objetos que pego al azar para crear un diálogo que parece emanar del propio soporte. No me ajusto a unos materiales concretos. Tengo stock de determinadas cosas, pues eso empleo y si encuentro algo que reciclar también me sirvo de él.

 

La pintura informalista que reivindico surge de la propia materialidad de la pintura de forma que sugiera algo al espectador a partir de combinaciones totalmente intuitivas de las que resulta cierto misticismo.

 

“Pinto por que es la manera de estar conectado con la vida y poder transferir ideas, miedos, emociones, relatos y vivencias” (2008).

 

 

 

Firma

Realizo algunas creaciones de pintura de acción participativa compartida con mis hijos o mi pareja. La pintura de acción participativa -como yo la llamo- me gusta mucho. Pongo música, preparo los ingredientes como si fuera un cocinero preparando los potingues y participamos de una creación conjunta. Es una experiencia muy emocionante y enriquecedora.

 

En 2012 participo con la presentación de obra en una exposición colectiva “100 art works from the world for Fukushima” en la art Gallery Enogubako en Musashino (Tokio) y también en Kangaeru Shiro-kan en Kawauchi-mura (Fukushima) organizada por la artista japonesa Chiyuky Itoga.

 

Estoy comprometido con la creatividad y la acción creativa en base al sentir y el estado vivencial del momento. Es una de mis preocupaciones en el convencimiento de que el arte ayuda a pensar, a reflexionar y puede llegar a cambiar el mundo.

 

Siento curiosidad por los mecanismos que favorecen la creatividad como comportamiento humano y que parecen bienes escasos en los tiempos que corren.



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